Es una práctica de conexión, presencia y transformación que sucede en movimiento.

Un camino de 6 invitaciones que inspiran el estado Flow de presencia expandida, gratitud y bienestar.

El cuerpo es la puerta de entrada y la danza intuitiva es nuestro vehículo. Así el recorrido nos llevará en un viaje personal para Conectar, Explorar, Expresar, Compartir, Expandir y Contemplar, sintiendo la corriente de la vida en nuestro cuerpo, en libertad y sintonía con nuestro Ritmo Natural.

El es una invitación a la transformación consciente y amorosa. Una forma de conocerte, auto-regularte y acompañarte en todos los niveles de tu Ser, para sentir la inteligencia que te habita, en tu cuerpo físico, energético, emocional, mental y espiritual y así relacionarte mejor con vos, con los otros y con la vida.

Son el lugar de práctica semanal, el espacio para movernos y liberar el estrés de la vida cotidiana. A mayor cantidad de horas bailadas, mayor se vuelve nuestra habilidad de encontrar un punto de contacto con el equilibrio interior.

Esta práctica es para todos! No hace faltar saber bailar, ya que la danza y el ritmo forman parte de la naturaleza humana. Hombres y mujeres de todas las edades pueden experimentar el poder transformador del movimiento.

La actividad requiere el apto médico.

En estos encuentros tenemos la oportunidad de ir más profundo, ampliando la exploración desde el movimiento y la danza, las caminatas en la naturaleza, la meditación y la contemplación, invitándonos a sumergirnos en un viaje de trabajo interior alquímico y transformador.

Lo que más me gusta de mi trabajo es ver el bienestar que genera y poder colaborar creando un espacio y un contexto para la auto exploración, en donde la música, el silencio, la palabra justa y el movimiento del cuerpo se entrelazan en una danza única y singular que tiene mucho para revelarnos.

Son muchas las transformaciones que se dan en mi vida cotidiana a partir de esta práctica de movimiento y la posibilidad que me da de conectarme con el amor que tengo dentro. A veces ese amor está recubierto de miedos y enojos que no nos permiten vernos con claridad, entonces tenemos la oportunidad de poder bailarlos y conectar con lo que está debajo que es nuestra esencia.

En mi vida personal, me gusta mucho estar en silencio y contemplar la naturaleza, en la naturaleza está todo, y nosotros somos parte, todo está interrelacionado. La danza es parte de la naturaleza y la vida toda es una danza.

El Flow me da la posibilidad de sentirme libre, mi puerta de entrada es sentir la conexión con mi cuerpo, cuando bailo no pienso, estoy presente en la vida que soy, y desde ese lugar me conecto con los otros sin juicio, con la pura alegría de compartir el pulso de la vida.

Es una síntesis inspirada en varias formaciones en las que participé, más mi experiencia personal dando clases y talleres a lo largo de más de 30 años. Como la vida misma permanece en movimiento y en continua transformación. En la primera generación de Facilitadores estuve acompañada por Mariel Velazco, a quien le estoy profundamente agradecida. En la segunda generación de Facilitadores en formación me acompañan Paula Vazquez, Alejandra Pena, Ivana Dzialoszycki y Gabiana Bianco, un equipo de trabajo con fuerte compromiso y amor por la tarea.

Requisito: 3 talleres vivenciales y un año completo en grupo cerrado de práctica previo al comienzo de la formación.